sábado, 2 de febrero de 2013

La apuesta - continuación parte 2- (Relato).


Pasados unos días y ya olvidado el pequeño episodio vivido en el último coito, al menos por mi parte, decidimos mi mujer y yo salir el viernes por la noche a cenar y a ver alguna película en el cine. Yo me vestí más bien normalito, pues no creí que iríamos a ningún sitio especial, pero cuando apareció mi esposa me quedé con la boca abierta de asombro, estaba preciosa, radiante y vestida con un vestido ajustado negro, no muy corto, más o menos unos 20 cm por encima de la rodilla, pero lo que más llamaba la atención es que el vestido se abría totalmente por delante con una cremallera doble, de las que se pueden abrir desde arriba y también por la parte de abajo, acompañaba el conjunto unas medias negras y unos zapatos de tacón de aguja.

Al ver mi cara de asombro me miró y dijo: " ¿Qué pasa, tal vez me he arreglado demasiado para salir?", a lo que yo respondí titubeando: " No, no, tan sólo que no me esperaba que te vistieras tan sexy para salir al cine...", y ella replicó: " Bueno, he pensado que si vamos a la sesión golfa podemos cenar antes, y al salir del cine, ir a tomar una copa para aprovechar la ocasión." Me quedé un poco pensativo y reflexionando pensé que en verdad hacía ya bastante tiempo que no hacíamos salidas nocturnas y tal vez esto cambiaría un poco la monotonía del día a día, por lo que asintiendo con la cabeza le dije: " Tienes razón, espera un momento que me arreglo un poco." A continuación me dispuse a ponerme una vestimenta un poco más acorde a la suya. Mientras, ella recibía un aviso de whatsapp y respondía haciendo tiempo.

Salimos de casa y al sentarse en el coche mi mujer cogió la cremallera de la parte de abajo del vestido y la subió dejando a la vista sus piernas enfundadas en las medias que acababan en unas ligas de banda dejando a la vista la parte alta de sus muslos hasta casi dejar a la vista sus braguitas, y acompañando el gesto dijo: "Me subo la cremallera para sentarme más cómoda, porque éste vestido es tan ajustado..., ¡recuérdame antes de bajar que la cierre, que si no voy a dar el espectáculo! ". Al hacer éste comentario en mi mente vino la imagen de mi querida esposa exhibiendo sus "virtudes" ante toda una serie de desconocidos y me vino una repentina excitación que produjo un severo endurecimiento de mi polla.

Tras recorrer varias calles de la ciudad llegamos a un restaurante al que antes íbamos con cierta frecuencia que no es demasiado caro y tiene una carta muy variada, puedes pedir desde pizza a marisco, aparcamos el coche en un parking cercano y al salir yo no dije nada a mi mujer respecto a la cremallera de su vestido, por lo que ésta bajó del coche y nos dirigimos hasta la puerta del restaurante ante la atenta mirada de todos los que se cruzaban en nuestro camino, al entrar se adelantó Marta y dirigiéndose al camarero éste le indicó una mesa que había al fondo del local.

Al acercarnos a la mesa un hombre que estaba sentado sólo en la mesa de al lado se quedó mirando a mi mujer y con cara de sorpresa dijo: “ ¡¡ Marta, cuánto tiempo sin verte, y mira por dónde nos encontramos aquí !!”. Acto seguido se levantó y le dio dos besos y empezaron a charlar amistosamente. En un momento de pausa Marta se giró hacia mí y dijo: “ Mira cariño, éste es Carlos, un compañero del instituto, Carlos éste es David, mi marido. “ y a continuación nos estrechamos la mano en un saludo. Continuaron hablando un poco y de pronto Marta se dirige a mí y me dice: “ ¿Te importa que Carlos cene con nosotros?, así tendremos ocasión de seguir charlando y ponernos al día “. Yo, por no ser maleducado respondí: “ Bueno,…si quieres…”.

Carlos en ese momento un poco embarazoso dijo: “ No, no, yo no quiero molestar, casualmente he decidido cenar algo aquí pues voy a ver una película en el multicine del final de la calle…”, y sin dejarle acabar la frase Marta dijo: “ ¡ Si nosotros también vamos ese cine!, nada, nada, te sientas con nosotros a cenar…” Acto seguido nos sentamos los tres en la mesa, mi mujer situada entre los dos y Carlos no pudo evitar un repaso a los muslos de mi señora que al sentarse dejó a la vista una visión muy agradable. Marta empezó a hacer preguntas y comentarios sobre antiguos compañeros y Carlos respondía con divertimento. Pedimos algo de comida rápida, y yo me dirigí al baño a lavarme las manos, como estaba ocupado tardé un poco en regresar, y al volver pude ver que ambos estaban más juntos (los asientos eran como un pequeño sofá circular alrededor de la mesa con un mantel que prácticamente llegaba al suelo), y Marta tenía en una mano la copa de vino que habían traído y la otra apoyada en el asiento, Carlos también tenía una copa de vino entre las manos. Al llegar Marta se dirigió a mí diciendo: “Cari, lo siento pero me he dejado el bolso en el asiento trasero del coche, ¿te puedes acercar a buscarlo?". Yo le dije:” Claro, ahora vengo”, y me dirigí al parking.

De regreso, ya con el bolso en la mano, iba pensando en lo pequeño que era el mundo y la casualidad de que mi mujer y Carlos se encontraran ésta noche después de tanto tiempo. Cuando me acerqué a la mesa Marta y Carlos me miraron furtivamente y instintivamente separaron un poco sus cuerpos que hasta llegar yo estaban totalmente pegados y con las manos bajo la mesa, y dijo mi mujer: “ ¡Gracias cariño!, vamos a comer que se nos va a hacer tarde para ir al cine."

Cenamos entre charla, risas y miradas cómplices entre ellos, pero yo no di importancia pues el ambiente era bastante distendido y amigable. Al terminar la cena y ya próxima la hora de la sesión de la película que íbamos a ver en el cine hice una seña al camarero para que nos trajera la cuenta y en ese momento Carlos dijo: “ No te preocupes, ya pago yo, la próxima ya pagarás tú…” Yo le dije que no, pero ante su insistencia acepté la invitación. Mientras, Marta se dirigió al baño y al levantarse vi que se bajaba un poco la cremallera del vestido pues se le había abierto más de la cuenta y daba a ver el tul semitransparente de su tanga negro que dejaba adivinar perfectamente su sexo recién depilado, se encaminó al baño con un contoneo de caderas que era insinuante ante la atenta mirada de los hombres que estaban en las mesas de alrededor. Mientras Carlos y yo entrabamos en una conversación en la que él halagaba el buen aspecto que tenía mi mujer a pesar de que los años habían pasado.

Al poco rato mi mujer regresó del baño y nos dirigimos al cine, al llegar nosotros nos metimos en una sala a ver una peli un con un poco de acción en la que casi todos los asientos estaban completos pues había mucha gente y Carlos entró en la anterior del mismo pasillo que era un poco más profunda, casi de arte y ensayo,(vamos para mí un rollo infumable), y como es lógico, prácticamente la sala vacía por completo. Nos despedimos y quedamos para al salir, ir a tomar alguna copa.

Cuando llevábamos poco más de quince minutos de película, mi mujer me dijo al oído: “¡Vaya rollo de película que me has traído a ver, se nota que es de las que a ti te gustan no hay más que tiros!" Y sin darme la oportunidad de contestar añadió: “ Tú quédate viendo ésta que yo me voy a la sala que está Carlos a ver si me gusta más, y si no al menos seguiremos cotilleando de los ex compañeros…”

A continuación se levantó dejándome un poco perplejo y se fue a la puerta de salida, yo no entendía nada, pues habíamos salido a pasar una noche en pareja, y resulta que estaba pasando más tiempo con el tal Carlos que conmigo, pero bueno no le quise dar más importancia y seguí viendo la peli.

Al acabar la película, salí de la sala y pude ver que la otra peli aún no había acabado, me asomé por la puerta y en la oscuridad pude vislumbrar que habían sólo unas diez personas en la sala, y acercándome a las tres parejas que yo veía pude comprobar que no eran Marta y Carlos, el resto parecía ser que eran personas sueltas, para no molestar me senté a esperar que acabara la película pues ya no quedaba mucho para el final.

Ya casi al final y a punto de salir los créditos de la peli, vi como de una de las filas delanteras aparecía una cabeza de mujer al lado de un hombre, como si hubiese estado con la cabeza apoyada en el regazo de éste, arreglándose un poco el peinado y cuchicheándole al oído. Al poco encendieron las luces de la sala y me dirigí hacia la pareja que se estaba levantando del asiento y arreglándose un poco la ropa. Al acercarme pude comprobar que eran ellos que me miraron con cara de asombro y Marta dijo: “Hola cariño, tenías razón la peli era un poco rollo y me he quedado dormida en el regazo de Carlos que amablemente me ha hecho de almohada improvisada.” Mientras hacía el comentario vi que no paraba de mirar al suelo como buscando algo, y yo le dije: “¿Has perdido algo?” Y ella contestó:” No, no… es que al coger el bolso me ha parecido que se caía algo…”, pero en seguida dijo: “Nada, vamos que me habrá parecido…”

Nos dirigimos por la hilera de butacas hasta el pasillo Carlos delante, Marta y yo el último, hacia la salida de la sala  y al subir por el pasillo me fijé en que tenía algo enganchado en mi zapato, me agaché a desengancharlo y …¿qué es esto?...parece tela negra…¡¡era el tanga de Marta!!. Me quedé atónito, y sólo acerté a guardarlo en mi bolsillo mientras ellos dos se adelantaban hacia la salida.

Al salir vi que mi mujer estaba sola y dijo: “Vamos a esperar a Carlos que ha ido al lavabo, hemos decidido ir a un bar de copas que él conoce.” Yo casi no oía pues mi mente sólo trataba de dar sentido a la situación de estar esperando a un tío en la puerta del lavabo mientras mi mujer me explicaba no se qué y yo tenía su tanga en mi bolsillo sin entender qué había pasado. Mientras ella seguía diciendo:”Pues como él tiene el coche bien aparcado y nosotros en el parking, se viene con nosotros y luego ya le traeremos hasta el coche…”

Al momento salió Carlos y los tres salimos del cine y nos dirigimos al parking a buscar nuestro coche. Al entrar en el coche mi mujer se subió otra vez la cremallera del vestido y al sentarse se le subió un poco la falda y pude ver de reojo que efectivamente no llevaba nada debajo, ella con un rápido movimiento se bajó un poco la falda, y girándose un poco en el asiento siguió la charla con Carlos. Mientras yo conducía hacia el local que me había indicado Carlos.

CONTINUARÁ.

1 comentario:

Unknown dijo...

Pues en breve la tercera parte...

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